El AppStore: donde nacen los sueños… y a veces mueren
Bueno, bueno, después de hablar la vez pasada sobre Apple me puse a pensar que una de las innovaciones que el iPhone nos trajo fue la AppStore, una tienda virtual en la cual quien sea que sabe programar puede subir su aplicación para venderla al resto del mundo.
Teóricamente la idea de la AppStore era ingeniosa, verán, antes del 2007 la mayoría de los celulares solo venían con unas cuantas aplicaciones pre-instaladas desarrolladas por los manufacturadores del teléfono, y esto era una limitación para mucha gente. Obviamente siempre se podía hackear los teléfonos para insertar aplicaciones externas desarrolladas por gente ajena a la compañía manufacturadora, pero esto es ilegal en muchos países y si lo hacías podías terminar en prisión… así que realmente las únicas opciones que tenías era quedarte con las aplicaciones y juegos pre-instalados en la memoria interna del teléfono (como tal vez Serpiente) y esto tampoco permitía a que muchos desarrolladores independientes tengan una oportunidad, no solo de demostrar sus ideas al mundo, sino también de poder crear una carrera creando aplicaciones y ganar un poco de dinero.
Y llega el 2007, el primer iPhone sale y todo el mundo lo ama, es el primer de lo que consideramos los Smartphone modernos, con todas sus diferentes nuevas maneras de ayudar nuestra vida, haciéndola más conveniente en todos los sentidos, y en el centro de todo esto: la AppStore, un mercado virtual que te permitía comprar, descargar e instalar aplicaciones externas de manera legal y no alertas al FBI, pero… como en todo, hay cosas buenas y cosas malas, vamos a ver ambos lados del argumento.
Primero empecemos con lo bueno y continuamos bajando la escalera teórica: El primer buen aspecto que uno puede inmediatamente pensar es que abre las puertas para ofrecer nuevas oportunidades para que desarrolladores de software independientes puedan compartir sus ideas con el resto del mundo, e incluso les da una nueva opción y mercado a los manufacturadores ya existentes, demonios, uno de los hits más grandes en años recientes fue Angry
Birds, un pequeño juego en base a física que no podría haber sido posible en otro lugar, debido a lo accesible y simple que es el AppStore, un pequeño grupo de gente pudo crear algo que literalmente sigue alimentando a ellos y sus familias hasta ahora y eso es el mejor punto que tiene la AppStore, la libertad y la igualdad de oportunidades que les da a desarrolladores sin pasión y amor por los proyectos en los que trabaja, pero mantengan esas palabras en mente: “pasión y amor”, porque son la clave para explicar este próximo segmento.
El lado malo de tener un mercado digital abierto a todo el mundo es que puede haber gente o compañías que buscan estafar a la gente publicando proyectos ya sea mal hechos o simplemente diseñados para sacar cuánta plata puedan, uno de los ejemplos más recientes de esto fue con el lanzamiento de un juego llamado Harry Potter: Hogwarts Mystery, un juego gratis de descargar en la AppStore basado e Harry Potter (si no se dieron cuenta), pero hay un
problema, el hecho de que el juego es gratis de descargar y “jugar” es que debe haber una manera de que el desarrollador pueda conseguir dinero, es aquí donde viene lo que se llama “microtransacciones” una de las peores maneras en la que un juego puede buscar monetización, especialmente en el caso de este particular juego, verán, literalmente te tienen como rehén hasta que: A) esperes unas cuantas horas para que puedas continuar el juego o: B) pagues en avanzado para poder seguir “jugando”, y este es el peor aspecto del AppStore (y también de Google Play), que ofrece a gente codiciosa maneras nuevas de extraer dinero de la gente sin tener que hacer nada, y francamente, es lo peor que le pudo pasar a la industria moderna de software.
En conclusión, el AppStore tiene cosas buenas, tiene cosa malas, pero no hay que dejar que eso le quite valor a la idea y lo revolucionaria que fue desde su incepción hasta hoy en día.
-Monghy